La riqueza observada hasta ahora en el área es de 23 especies, siendo tan sólo 16 las posibles de observar en bosque, número que podría considerarse mezquino si se considera lo indicado por Mella (1998), que menciona 190 especies de aves para distintos hábitats en la Región de Aysén. Además, si tomamos en cuenta que gran parte de la región está cubierta por bosque, nos quedaríamos con la primera aseveración sobre el pobre resultado en riqueza.
No obstante, luego de revisar varios documentos respecto a la diversidad de aves en bosques templados del sur de Chile, se puede considerar que la situación del sector de Caiquenes no es tan disímil con la de comunidades de aves encontradas en hábitat similares de la región y el país. Comenzando por lo expresado por Rozzi et al. (en Armesto et al., 1996), donde menciona que en bosques siempreverdes australes se pueden encontrar aproximadamente 60 especies de aves, sin embargo existe gran cantidad que pertenece a hábitat de transición así como otras que sobrevuelan los bosques, lo que no es tomado como tal en este caso ateniéndose sólo a aquellas posibles de observar usando la cobertura boscosa. Si descendemos latitudinalmente hacia Magallanes, se puede nombrar a Venegas & Schlatter (1999) como referente de comunidades de aves posibles de encontrar en bosque de Lenga (Nothofagus pumilio), con sólo 15 especies de aves puramente boscosas. Esta cifra no se consideró en aquel documento como mínima y mas bien fue representativa del total de especies que se puede observar en aquella formación vegetal, 1 menos incluso que la de Laguna Caiquenes (16).
Por su parte, Díaz et al. (2005) identificó en un estudio realizado en bosque siempreverde de Chiloé un total de 24 especies de aves, indicando que el muestreo fue estadísticamente suficiente para completar la caracterización del ensamble de aves de aquel tipo de hábitat. Ahora bien si descontamos de esta riqueza las especies Torcaza (Columba araucana) muy escasa en esta latitud, choroy (Enicognathus leptorhynchus) y churrín de la mocha (Eugralla paradoxa) que sólo llegan hasta la Región de Los Lagos en su distribución austral, y tijeral (Leptasthenura aegithaloides) junto al colilarga (Sylviorthorhynchus desmursii) que son especies presenciales en matorral seco y/o abierto y húmedo respectivamente, llegamos a un total de 18 especies de bosque siempreverde en Chiloé. Esta última cifra tan sólo superior en 2 especies a la observada en Caiquenes.
Dentro de estudios realizados en la región, básicamente para informes técnicos correspondientes a líneas de base, se han obtenido igualmente valores próximos a los de Caiquenes, aunque no todos para bosques del similar tipo forestal. Schlatter y Valenzuela (2006), efectuaron censos de punto y prospecciones en los alrededores de laguna Caiquenes y los Patos durante el 2005 y 2006, periodo durante el cual se completaron las 4 estaciones de muestreo y registro un total de 18 especies para primavera, no obstante aquí se reunieron datos en otros puntos de bosque de Lenga, lo que complica la comparación aun cuando sólo la cachaña (Enicognathus leptorhyncus) fue la única especie típica de Lenga que no se observó en el bosque siempreverde. Aun así, la riqueza no superó más que por una especie al actual estudio, lo que permite aseverar que la riqueza de aves de bosque en el sector de Caiquenes se puede promediar cercana a las 20 especies. Algunas especies registradas por Schlatter y Valenzuela (op cit.) y no observadas en este estudio fueron principalmente rapaces el aguilucho chico (Buteo albigula), peuquito (Accipiter bicolor), chuncho (Glaucidium nanum), así como también el diucón (Xolmis pyrope), que aunque se observó en matorral en el presente estudio, no se le consideró especie de bosque propiamente tal.
En otras líneas bases como Tomasevic y Estades (2003) y Valenzuela (2006), ambas realizadas en la provincia del Capitán Prat, se determinó la presencia de 22 y 17 respectivamente aunque sólo trabajando dentro de bosque de Lenga, Lenga – Coigüe y Coigüe. Ambos valores nuevamente muy similares a los registrados en Caiquenes.
Un factor que se debe considerar como fuerte modificador de las comunidades de aves en esta latitud son las migraciones, puesto las condiciones climatológicas extremas (frío y lluvia) obligan a la mayoría de las especies a desplazarse tanto latitudinal como altitudinalmente dependiendo de las estación del año. Por condiciones geográficas, el cajón formado entre la cuenca del río Baker y el fiordo Mitchell cruzando por el río Vagabundo presenta un área microclimática sombría y helada que desfavorecería la presencia de aves durante gran parte del año, pudiendo estas reaparecer (rapaces por ejemplo no registradas) tarde por la primavera y temprano en el verano.
Es así como a modo de conclusión, podríamos mencionar que aun cuando el terreno no presentan una riqueza exuberante de especies, tampoco es una realidad muy diferente de la que se puede observar en otras latitudes en similares estructuras vegetacionales, pudiendo sólo depender el avistamiento de las condiciones climáticas y la época del año en que se visita el sector.